viernes, 18 de febrero de 2011

Hakuna Matata

Todo el mundo ha pensado alguna vez en cómo la forma en la que el mundo o más bien el desarrollo de los acontecimientos nos pueden llevar a un momento en el tiempo que nos eleve a lo más alto o que por lo contrario nos hunda en lo más profundo. Cómo por una serie de determinados sucesos encontramos o perdemos algo que a su vez nos hace conocer algo de dimensiones todavía mayores .
Según la mitología escandinava, esta cuestión era cosa del destino, representado por tres diosas, el Pasado, el Presente y el Futuro, que tejían un telar cuyos hilos eran las vidas de las personas. Así pues, ellas sabían la composición final y cortaban y añadían la lana según su parecer. Este mito explicaba a los hombres, que sus decisiones realmente no eran suyas, sino de las tres caprichosas diosas, las cuales cortarían en un determinado momento el hilo de sus vidas cuando quisieran cambiar el color del motivo que tejían. Dilema solucionado: existían por que formaban parte del pasatiempo de unas entidades superiores.
Hoy, que el mundo se ha hecho un poco más viejo, y conoce infinidad de mitos y teorías, todo queda en el aire:
quizás somos un simple juego para alguien que se aburre o bien estamos completamente solos y el hecho de que avancemos y lleguemos hasta un determinado punto es simplemente una serie de casualidades que no tienen que ver con la intervención de nadie: pasa por que pasa, porque sí, sin más. Imposible demostrar una u otra teoría.

En la naturaleza, vemos que todo tiene un sentido y está estructurado de una determinada forma para que se sucedan las cosas: el curso del agua, de la tierra al cielo y del cielo a la tierra, auto reciclaje constante, tiene una función, nutrir la vegetación, para que se reproduzca y a su vez, gracias al oxígeno podamos, al igual que el resto de los seres vivos, existir. Todo forma un movimiento circular, tiene sentido. Pero y nosotros? El hombre es destructivo por naturaleza: que sentido tiene eso? forma alguna pieza de un entramado plan superior? o simplemente es así porque sí? nuestro círculo no está cerrado, carece de significado: desconocemos nuestra función aquí en la tierra.
Quizás el orgullo y la prepotencia humana sean la semilla de este mal: el creernos más importantes que aquello que nos rodea, pisoteando aquello que nos da la vida imaginándonos y soñando que formamos parte de algo superior. Somos demasiado pretenciosos al pensar que el universo gira a nuestro al rededor, que somos los protagonistas de algo; que nuestro entorno está ahí para nosotros.
Sólo somos una especie más con demasiada imaginación.